Acostúmbrate a dedicar un momento al cuidado del bañador al salir de la piscina para que el tejido no se deteriore y se conserve como nuevo por más tiempo.

Después del entrenamiento, igual que te metes bajo la ducha para eliminar el cloro, es importante lavar el bañador.

Aunque te dé pereza ponerte a ello, no hay otra manera de evitar que se desgaste.

Esto es lo que tienes que hacer:

• En cuanto salgas del agua, aclara la prenda en agua fría para eliminar cualquier rastro de cloro.
• No dejes el bañador todavía húmedo en la bolsa.
• No pongas el bañador a secar con luz solar directa dentro de una bolsa cerrada.

• mejor a mano que a máquina;
• usa jabones neutros;
• no uses detergentes ni lejía.

Además, cuando lo seques, mantenlo alejado de la luz solar y las fuentes de calor. Deja el bañador en una superficie plana mejor que colgado para que las fibras no se den de sí ni se arruguen. Evita la secadora.

Ten cuidado con las cremas solares, las lociones corporales y otras sustancias cosméticas que puedan dañar las fibras y hacer que el bañador pierda elasticidad.

Elige bañador teniendo en cuenta la frecuencia con la que vas a la piscina. Si nadas regularmente, busca uno de tejido MaxLife (100% poliéster). Al no contener licra, soporta mejor el uso frecuente y dura más.